Más que unas simples paredes. #oración

Hay tardes difíciles de catalogar y esta fue una de ellas.

Al final decidí acompañarle. Sabía que el escenario esta vez iba a ser concreto y que la persona que nos esperaba vivía de una manera especial. Quizás tanta curiosidad fue lo que me arrancase a ir.


 Si de algo se puede presumir en esta ciudad es de la cantidad de calles que forman parte de ella, calles llenas de detalles y rincones que se dejan admirar y que acogen el asombro.


Tras callejear por esta calles, llegamos a un gran portón de madera vieja. Con dificultad llamamos al timbre que retumbaba desde fuera.
Expectante pasamos a un patio muy luminoso que escondía un silencio acogedor.
Tanto misterio nos hizo pensar por un momento que el barrio de Santa Cruz había quedado ya lejos con tan solo cruzar una puerta. Escuchamos una voz detrás de una pequeña ventana que apenas dejaba ver lo que había detrás. Una voz fina nos daba de nuevo la bienvenida y tras saludarnos afectuosamente cogimos una llave para poder abrir la salida que estaba próxima a nosotras.

Una vez acomodadas en la salita, esperamos unos minutos, breves pero largos cuando no sabes cuando van a terminar. El silencio seguía con nosotras. Mientras observábamos todo lo que nos rodeaba hasta que una carcajada rompió el silencio y nos pusimos en pie. 
Acercó sus manos a través de las rejas y su cariñosa bienvenida hizo que en ese momento solo pudiera sonreír. Rápidamente volvimos a tomar asiento y  todo el misterio se volvió normalidad.


 Me encontré con unos ojos negros de mirada limpia y clara como el agua, que me trasmitieron serenidad y confianza.
Ahí estaba, en el silencio de su celda, donde solo le separaba del mundo unas rejas y su libre decisión de permanecer ahí para siempre.

Era un lugar oscuro, pero a la vez, lleno de luz. Un lugar aparentemente pobre, pero lleno de personas ricas, ricas y verdaderamente dueñas de su libertad. Una libertad, que no cabe dentro de esas rejas y que sobrepasa muchos muros, una libertad que nadie les puede quitar, y con la cual son capaces de llegar a cualquier a rincón del planeta.
No son poderes o magia, los que les hace ir lejos, es la oración, una oración constante y sincera, con la que todas las grandes preocupaciones pasan a ser pequeñas, una oración con la que consiguen que la guerra se convierta en paz, con la que las tristezas de convierten en alegría.
Este misterio hace que muchos hablen rápido, juzguen sin saber y vean solo con ojos humanos cosas que necesitan verse desde otra perspectiva.

Su secreto es vivir el HOY  e ir contracorriente, es decir, vaciarse de ellas mismas para llenarse de otras cosas necesarias, de lo único necesario. Al contrario que otros muchos, que creyéndonos poseedores de nosotros mismos, acabamos convirtiéndonos en esclavos de nuestros vicios y pasiones, quedándonos meramente vacíos.
Hay cosas que tienen tanto valor que no hay dinero que las pague, ni precio que ponerles, como ver la sonrisa y la profundidad de mirada de una persona que ha decidido vivir una vida así, apartándose del mundo para dedicarse a servir.

Esa tarde aprendí cosas que tal vez nunca encuentre en ningún libro.

Ahora las campanas que resuenan cada mañana, me recuerdan que siempre hay alguien rezando por todos los que estamos detrás de esa puerta y entonces los problemas son solo pequeños problemas.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Hojaldre e ideas creativas.

¿De que se compone la felicidad? Conocerse, Aceptarse y Superarse.