Hoy cedo la palabra a Enrique Rojas, tal vez no hallas oído hablar de él o tal vez sí.
Enrique Rojas es Catedrático de Psiquiatría y Director del Instituto Español de Investigaciones Psiquiátricas de Madrid.
Se podrían seguir añadiendo muchísimas cosas más, pero el resumen es decir, que es un CRACK, y que parece que ha descubierto el sentido de la vida y algunas pinceladas más de este mundo que nos rodea, que no es poco.
A lo largo del día leemos muchas cosas, pero algunas de ellas vacías de contenido, por eso os dejo aquí información donde podréis encontrar más artículos e ideas interesantes.
En concreto me llamaron la atención algunos artículos, como el que citaré a continuación, os dejo el enlace y algunas ideas sacadas de él.
La felicidad como proyecto de vida.
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La felicidad consiste en ilusión. Es apasionante bucear en
la historia de esta palabra ilusión. Si hacemos una excursión a lo que ella ha
ido significando a los largo del tiempo, descubrimos lo que se hospeda en su
interior.
·
La ilusión no es el contenido de la felicidad, pero si su
envoltorio. Tener ilusiones es vivir hacia delante, mirando hacia el porvenir y
en consecuencia tener metas, retos, objetivos y planes por cumplir. Vivimos en
el presente, sí, pero empapados de un futuro que se cuela dentro de nosotros y
nos empuja a seguir hacia delante. Tener ilusiones es estar vivo y coleando.
Como dice D. Quijote, “la felicidad no está en la posada, sino en medio del
camino”. Nunca puede ser entendida como un destino, un lugar a donde uno llega
y se instala y se queda allí ya de por vida.
La vida da muchas vueltas. Ha visto uno caer torres muy
altas. La mejor de las vidas está envuelta de sinsabores, heridas,
dificultades, cosas que se han torcido y han seguido un derrotero inesperado
para nosotros y nos han obligado de reconducir nuestra travesía de oro modo. Si
la vida es la gran maestra, el tiempo es su gran escultor.
·
Hoy, para mucha gente la felicidad ha quedado reducida a 3
cosas: bienestar, nivel de vida y seguridad. Cada una de ellas tiene su propio
perímetro. El bienestar por si mismo no da la felicidad: tener lo suficiente es
una rampa de salida, positiva, adecuada, pero ahí no está la calve. El nivel de
vida tiene un valor indudable, pero es mucha la gente que con esta premisa
cubierta, no es feliz. La seguridad en la existencia humana siempre es relativa
y uno está a merced de los vientos exteriores que pueden cambiar las
condiciones personales y un golpe negativo de fortuna le da un vuelco a la vida
propia, en cuestión de horas.
· ¿En
qué consiste entonces la felicidad, donde está la piedra filosofal para
encontrar el camino adecuado? La felicidad consiste en hacer algo que merezca
la pena con la propia vida, algo grande y positivo, de acuerdo con las
posibilidades de cada uno. En una palabra: una vida lograda. Sacarle el máximo
partido, estrujando sus principales argumentos.
· La
ilusión constituye la dimensión esencial del porvenir. Nos pasamos la vida
pensando en el día de mañana. Esa es la vertiente más fértil de la existencia.
Vivir es adelantarse, proyectarse, desvivirse, paladear la sinfonía de sabores
que la habitan en la vida como proyecto.. Trazar una cartografía de objetivos a
corto y largo plazo. Pero teniendo claro que los tres grandes asuntos que
atraviesan la biografía, están impregnados de amor, trabajo y cultura. Esa
trilogía esencial, que como un ritornello recorre la existencia por caminos
unas veces claros y otras serpenteantes, adentrándose en los entresijos de todo
el ser humano. Tríptico deslizante que como un río caudaloso va regando las
distintas parcelas de la geografía personal.
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