Pequeñas grandes ESTRELLAS
El viernes es el día que uno
desea que llegue desde que empieza la semana, porque trae un nuevo fin de semana, o porque
quizás dormimos más, o porque vemos a la familia o mil historias más.
Este año
decidí convertir los viernes en día esperado, especial, no porque dejara paso a
dos días de descanso, dos días donde la rutina parecía ausentarse, sino que
hice que fuera esperado porque tenía una cita.
Los viernes son un día donde los
atascos son prominentes, donde en la cocina en la que trabajo los imprevistos
parecen multiplicarse. Los viernes a veces son estresantes , las agujas del
reloj parecen acelerarse. Al final, consigo salir de casa y paso tras paso me voy
acercando al lugar de la cita.
Es un lugar especial, donde no
entra cualquiera, donde ese olor característico te va haciendo ser consciente
de que vas entrando en una atmósfera diferente, en la que lo principal es dejar los
problemas en la puerta y no olvidarse de llevar la mejor sonrisa.
Ya inmersa en esta especie de
burbuja, empiezo a encontrarse con los personas que como yo, acuden a esa cita. Empiezan a aparecer los personajes a los que estamos esperando, tienen un pijama
azul, y aunque parezcan que todos van igual, cada uno es especial, son
diferentes, son únicos.
Me avisaron de que a pesar de no
ser personajes de gran tamaño, eran auténticos héroes, y poco tiempo me hizo
falta para comprobarlo.
Soy voluntaria, cada viernes,
junto con más voluntarios acudo al ciberaula de un hospital infantil.
¿Que es ser voluntaria?
Ser
voluntaria es como llevar una medalla de honor, no por haber ganado batallas, o
por haber trabajado duro, sino por haber podido conocer a esos niños, que a
pesar de dolor y de la enfermedad, saben
sonreír, jugar y no olvidan, que ganar al juego de mesa o pintar un buen dibujo
es lo más importante que tienen que hacer esa tarde.
Cada día, cada uno de estos pequeños
personajes nos enseñan grandes historias.
Subir a esa segunda planta, es
como trasladarse a otro mundo por un par
de horas, es como estar en zapatillas por tú propia casa, para meterte en la
vida de otros, para escucharlos, reír y hacer sonreír, inventar las normas de
los juegos para que les quede claro, que hagan lo que hagan van a ganar, porque
son campeones.
Todos son estrellas,
estrellas especiales, porque se mueven, van y vienen, algunas permanecen más
tiempo que otras, pero lo único que no queremos es que dejen de brillar.
Pero hay un problema, que el mirar a una estrella durante un tiempo, hace que le cojas cariño, y que la mires de un modo especial, la empiezas a querer. Y cuando uno empieza a querer, ya
todo gira alrededor de esa estrella.
Hace unos días, una de esas
estrellas dejó de brillar. Dejó de brillar aquí en la tierra, para brillar de
verdad,en el cielo.
Nos cuesta creerlo, porque era especial, porque tenía un
papel increíble en esta obra que es la vida, pero se ve que tenía otro papel
mejor allí, arriba. Donde las cosas solo caben mirarse con buenos ojos, donde a los problemas, al dolor, no les dejan entrar.
Ahora sé que cuando miré al
cielo, esa estrella que tanto brilla tiene un nombre propio. Ahora, no habrá
noche en la que el cielo está apagado porque… lo ves, está sonriendo.
Gracias por todo lo que nos has enseñado.
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