Reflejos mal pintados.

Los espejos nos muestran lo que llevamos puesto, nos dejan intuir cosas, hacen que nos sintamos a gusto con nosotros mismos, si la imagen se adecuada a la idea que teníamos.

Nuestros días están cargados de espejos que no son precisamente espejos,como esa idea de espejo que todos tenemos. A menudo las personas, las circunstancias, suelen ser espejos, donde esperamos vernos reflejados, donde esperamos encontrar un reflejo sincero.

Los espejos nos muestran la realidad, pero la decisión de cambiar algo, la decisión de regalar una sonrisa cuando lo que vemos reflejado no nos gusta y buscamos cambiar, está dentro de nosotros.

Olvidamos que el espejo que todos llevamos dentro, es el que nos muestra un verdadero reflejo de lo que somos, pero pocas veces nos miramos valientemente a él, por miedo a encontrarnos con nosotros mismos, y con decisiones que afrontar.

Los espejos que habitualmente nos reflejan se suelen ensuciar,empañar por el paso de los días, pero a penas nos supone un problema, ya que un buen trapo arrastrará ese polvo que nublo el espejo.

También las personas, esos espejos donde buscamos vernos reflejados, se suelen empañar por la miseria que empaña los ojos, e insensibiliza la conciencia (o llámalo pepito grillo, si no esperas en algo trascendente).

Y después de asemejar tontamente los espejos a las personas, me queda formular una pregunta; ¿seriamos capaces de quedar confundidos por un simple reflejos y vivir de espaldas a quién realmente somos?

Los espejos se rompen si caen al suelo, los espejos dejan de ser espejos si no se utilizan para mostrar un bonito reflejo.

Las caídas, las distancias hacen que nuestros problemas se vuelvan grandes y se distorsionen, no dejándonos ver la realidad tal cual es.

Al mirarnos al espejo, el tiempo parece detenerse, podemos ver más cosas que un simple escenario, podemos ver reflejado un paisaje, o mirar el reflejo de un espejo sobre otro espejo. Parecerán metáforas, pero con nuestra imaginación solemos construir grandes edificios que se derrumban cuando damos un paso firme en la realidad, cuando miramos en el espejo de nuestro interior y decidimos adecuar la imagen a la realidad.

Las personas cambian, van, vienen. Las circunstancias, varían, rápido, como rápido se va el tiempo que no vuelve, por eso, ¿de que sirve, buscar contentar lo de fuera, si al final lo único que nos quedará será el reflejo de nuestro interior?

A veces suele ser mejor lo que llevamos dentro, que lo que vemos reflejado.