Look up.

“Tengo 422 amigos. Aún así, estoy solo. Hablo con todos ellos cada día, sin embargo, ninguno me conoce realmente.


LOOK UP 

Está dando la vuelta al mundo. A menudos son muchos los vídeos que llegan a nuestros móviles, o nos enlazan en las redes sociales, son vídeos llenos de imágenes que captan nuestra atención pero que rápido pasan al olvido, otros llevan un mensaje implícito, y este es uno de ellos.
El vídeo se llama “Look up” y en tan solo cinco minutos, muchos de nosotros pasaremos de ser uno más a sentirnos identificados con las situaciones que va narrando.
En pocas semanas este vídeo a conseguido muchísimas visitas, en diez días superó los 27 millones de visitantes, esto nos lleva a preguntarnos,
¿Cuál es el motivo de tanta atención?



Toda esta tecnología que tenemos es solo una ilusión. La comunicación, la compañía y el sentido de inclusión... Cuando dejas este dispositivo de ilusión, te despiertas para ver un mundo de confusión. Un mundo en que somos esclavos de la tecnología que dominamos, donde la información es vendida por algún rico y codicioso bastardo.

Un mundo de interés propio, de imagen propia, de promoción propia. Donde compartimos las mejores partes, pero dejamos fuera a la emoción.


La tarea de nuestros días consiste en aprender a usar toda esta tecnología, para ser esclavos de ella y perder nuestra propia identidad.

 


No puedo soportar el silencio en un tren inter comunal lleno, donde nadie quiere hablar por el miedo de parecer loco. Nos estamos volviendo antisociales, y no podemos encontrar satisfacción en mirarnos los unos a los otros y mirar los ojos de alguien.




Es fácil quejarse de los errores que vemos que traen consigo las futuras generaciones, pero y nosotros que estamos haciendo? Todo somos educadores de las personas que nos rodean.

Estamos rodeados de niños que, desde que nacieron, nos han visto vivir como robots y pensar que eso es lo normal. No es muy probable que seas el mejor padre del mundo si no puedes entretener a tu hijo sin usar un IPad. Cuando era un niño jamás estaba en casa; estaba afuera con mis amigos, con nuestras bicicletas, dándole uso a mis zapatillas y pelándome las rodillas, construyendo una casa bien alto en un árbol. Ahora los parques están callados, eso me produce escalofrío. No veo niños jugando, y los columpios están ahí quietos. No hay salto de cuerda, ni rayuela, no hay juegos ni carreras… (...).




Y TÚ, ¿QUE DECIDES?

Comentarios

Entradas populares de este blog

Hojaldre e ideas creativas.

¿De que se compone la felicidad? Conocerse, Aceptarse y Superarse.