El primer trabajo. Ilusión, buen ritmo y mirar lejos.

Estaba todo preparado, la noche había sido más corta que de costumbre y el despertado había tardado en soñar.
Mientras da el primer sorbo al café de primera hora, mira por la ventana como si fuera la primera vez; los vecinos, los obreros de la obra de enfrente, los niños esperando la parada del bus…todo parece suceder como cada mañana.
De fondo la radio da una buena predicción del tiempo y le desea un buen día.
De repente mira el reloj, el tiempo se le ha echado encima, deja la taza en el fregadero, recoge las cosas y sale aprisa de casa.

Las cosas de siempre, lo de cada día, suelen tornarse de otro color cuando se hacen por primera, o al menos cuando las circunstancias, los escenarios, son diferentes.

Para ella es un día diferente, único y por eso lleno de ilusión, es su primer día de trabajo. Se encuentra en una cuidad donde no ha vivido antes, con gente diferente, con rutinas que aún están por descubrir.
La vuelta al cole ha llegado pero esta vez, es diferente, volverá  al colegio, atravesará un patio lleno de niños que corren y gritan alborotados, pero ahora es a ella a quién le toca dirigir, llevar el guión.




Todos recordamos el primer día de nuestro primer trabajo, tal vez, un trabajo que ahora hagamos con los ojos cerrados, pero no por eso más aburrido o cargante. Ese primer día donde los nervios se confunden con la ilusión, donde queremos estar al 100%, donde  no privamos a nuestra imaginación de soñar con grandes proyectos.
Con esto no cabe olvidar que empezar siempre cuesta, por eso tenemos que aprovechar el impulso del primer día, para construir y ambicionar grandes ideas que pondremos por obra, que no van a dejar de ser grandes aunque pasen los días, porque son TUS proyectos.

Dedicamos muchos años de nuestra vida a formarnos, a adquirir competencias que nos capacitan para ser buenos profesionales. Estudiamos y estudiamos buscando estar a la última en el campo que nos ocupa, buscamos ser los mejores, no solo para conquistar el éxito sino para disfrutar y hacer que disfruten con lo que hacemos, con nuestro trabajo.

Todos nos entrenamos de continuo para una carrera de fondo que vamos preparando con nuestro día a día, por eso, cuentan los pequeños detalles de cada jornada.

Ilusión, buen ritmo y mirar lejos.

Se baja del autobús y  tras atravesar un largo pasillo llega a un sala, donde varias personas, como de costumbres, rodeadas de papeles y libros intercambian comentarios sobre lo ocurrido ese  fin de semana.  Tímidamente da los buenos días y pasa a ser una más en la sala, mira el horario, recoge los libros y sale de la sala con otros profesoras.

Los números y las letras cobran un valor especial, cuando representan a personas, en este caso a pequeñas personas, a las cuales como a los tesoros, se tienen que cuidar para saber sacar lo mejor de ellas.

Tras subir las escaleras, empieza a escuchar alboroto, la primera la puerta estaba cerrada, desde el pasillo la voz de alguien se escuchaba dando la bienvenida, continúa hacia delante y al levantar la vista encuentra un cartel que pone, 1-A, esa es.
Un aula pequeña para la cantidad de niños y niñas que se encuentran jugando en ella, pero grande a la vez, porque la imaginación de los niños hace que las dimensiones de ese aula cobré un tamaño inimaginables.

Los niños al ver en el dintel de la puerta a la nueva profesora sonríen, otros lloran y no tardan  en apresurarse para ir a saludarle.


Dedicado a mi la que es y será uno de mis ejemplos a seguir. Ánimo y a sacar lo mejor de ti y de los que te rodean.

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