La Primera comunión.
Sin darnos cuenta es mucho el tiempo que pasamos fuera de
casa; vamos al trabajo, llevamos a los niños al cole, luego a las actividades
extraescolares, hacemos la compra, vamos y venimos, hacemos mil recados que
teníamos pendientes… y cuando ya por fin conseguimos llegar a casa, lo mas
normal es que estemos agotados.
Este año además hemos añadido el plus de las catequesis de comunión, y podemos añadir esta hora que nos nuestros hijos pasan en la parroquia a la lista de rutinas nuevas de este curso, o ser conscientes de lo que realmente significa.
Este año además hemos añadido el plus de las catequesis de comunión, y podemos añadir esta hora que nos nuestros hijos pasan en la parroquia a la lista de rutinas nuevas de este curso, o ser conscientes de lo que realmente significa.
Hemos ido creando un mundillo, un gran mundillo, alrededor
del día de la primera comunión, digo mundillo porque es un día que muchos de
nosotros todavía recordamos por la cantidad de regalos que recibimos y por la cantidad
de preparativos que tuvimos que tener en cuenta cuando a nosotros nos tocó
celebrar nuestra primera comunión; el vestido, los zapatos, el peinado, las
fotos, la comida, los regalos, el detalles para la familia, la invitación… y
más cosas que podríamos a añadir.
Me atrevería a concluir que tanta abundancia de cosas
materiales está haciendo sombra lo que realmente tiene valor y es inmaterial,
el motivo de este día, la importancia de prepararse bien para ese día,
prepararse interiormente y buscar adquirir valores, virtudes, buenos hábitos…
en definitiva buscar formarse como personas, como buenas personas.
El hecho de que la celebración de la primera comunión sea
un día lleno de alegría, tiene su motivo en que es un día en el por primera vez
recibirán a Jesús, que se quedó por nosotros en la eucaristía. (ideas que
saldrán en las catequesis y que damos por hecho, que nosotros los mayores ya
sabemos)
No, no debería de ser ni la primera ni la última vez que vamos a asistir a la
eucaristía, es decir, después de este día, comienza una nueva etapa, una etapa
donde nuestra vida como cristiano tiene que ir adquiriendo altura, altura traducida en una calidad de vida, por ejemplo, ser constante con la misa de los domingos, confesarse
a menudo, tratar bien al prójimo etc.
La Iglesia es una familia joven que la formamos todos
nosotros, con nuestra vida, con nuestro ejemplo.
Al igual que nuestro hijos se van a preparar para ese gran
día, el de su primera comunión, os ánimo a que vosotros también, cada uno en su
propia casa, dentro y fuera del hogar, ponga su granito de arena para ir
formando a estos pequeños que dentro de unos años formarán la sociedad de
mañana.
En la catequesis intentaremos ir forjando y transmitiendo
valores que a veces parecen haber quedado escondidos en nuestros días, como la
generosidad, el tratar bien a los demás, la fidelidad, la lealtad etc, pero es
poco el tiempo que tenemos y vano el esfuerzo que hacemos si no vamos a una, si
no educamos a nuestros hijos, en una fe cristiana llena de valores.
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