¿Cuál es el valor del dinero? El valor de las cosas no se compra con dinero.

Cuando somos pequeños el mundo se nos queda grande pero por poco tiempo, ya que poco a poco nos vamos haciendo a sus dimensiones, vamos cogiendo carrerilla y pasamos de vernos pequeños a creernos los dueños.
De pequeña me preguntaba ¿por qué existía la pobreza si el dinero lo había hecho el hombre? o ¿por qué no se podían hacer más billetes para esas personas que no tenían que comer?, que más les da a los hombres de las fábricas de dinero hacer más dinero para que todo el mundo pudiera tener, al menos, lo necesario?

El tiempo me fue dando respuestas que en el fondo quedaron sin responder, el tiempo mientras iba creciendo me fue mostrando que las cosas tienen un valor y que no todo se compra con dinero. Todavía sigo pensando por qué el dinero no tiene el mismo valor para las personas, ya que mientras unos sueñan con comprar y comprar, otros sueñas con comer ese día, o al menos con dar de comer a su familia. Lo que entendí fue que cuando las cosas se usan mal, cuando se usan sin saber porqué y para qué se usan, pierden su valor y el valor de las cosas es algo que parece difícil de recuperar.




Nos rodeamos de demasiadas cosas, personas, circunstancias… que valen más de lo que pensamos, pero que han perdido valor y no sabemos como recuperarlo.

Nuestro desayuno favorito, unos gotas de perfume, pasear sin prisas, tener agua, luz, la última prenda de ropa que se lleva, poder disfrutar con amigos, escuchar buena música, ver una buena película, leer un libro, estrenar unos zapatos, sonreír ante un cruce de miradas con alguien especial, reencontrarse con viejos amigos, mirar a la cara sin tener nada que temer, abrazar, dar un beso, recibir beso.


Miles de momentos que andan desdibujados porque no les damos el verdadero valor que tienen. Estamos demasiados ocupados atendiendo a la luz parpadeante de nuestras pantallas táctiles. Tener todo al alcance de la mano, ha dejado atrás valores, como la fortaleza, la paciencia, la constancia... en aspectos de nuestro día a día que son fundamentales. 



Cuando te vi me di cuenta que andabas desilusionada, ya ni siquiera sabía apreciar el valor de un beso, de una sonrisa. Habías usado el valor de estos tesoros en un mal momento, pero no te preocupes, al igual que los niños secan rápido sus lágrimas y se olvidan de que cayeron, tú si te empeñas podrás recuperar el valor de esas cosas que no tienen precio.
Y  a ti, que has sabido descubrir el valor de los pequeños momentos, intenta cuidar y proteger lo que nadie podrá hacer en tu lugar. Por pesados que sean los días y por nublado que amanezca, si se cuida eso que la gente llama rutina, no habrá nada que desdibuje tus ilusiones.


Comentarios

  1. Preciosa esta entrada, me llega muy profundo y me hace pensar en lo que tengo para no perder la ilusión por nada.

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