Llegar a la zona de confort #motivación #logros #laberintos #inteligenciaemocional

Los laberintos son un buen comienzo de un largo viaje.

Los laberintos siempre juegan con nuestra imaginación, pero solo hace falta jugar con ella para encontrar el camino.
Para salir de un laberinto primero hay que entrar, por lo que antes se ha tenido que decidir entrar.
Los cambios de rutinas, el cambio de trabajo, las vacaciones, el cambiar de casa y muchos más detalles, en definitiva lo que hacen es sacarnos de la zona de confort, que por pesada que sea, al menos controlamos.

Y ¿que hacer cuando acabas de entrar en la zona de incorfort?
Estas en el laberinto, tienes el mapa pero necesitas algunas orientaciones más, ¿te interesa?, sigue leyendo!


Confort es sinónimo de comodidad, control, “orden”, es andas en zapatillas y como te de la gana.
 
Pero el incorfot trae consigo palabras, como incomodidad, mareo, algo así como ir andando de puntillas, por si acaso…

A menudo optamos por hacer las cosas que forman parte de nuestra rutina y a pesar de que nos quejamos de que siempre hacemos lo mismo, en el fondo nos gusta. Y nos damos cuenta de eso cuando salimos o cambiamos de zona.

Es fácil hacer siempre lo mismo, por lo que no cabe sentirse peor o minusvalorar los talentos propios simplemente porque no estemos en la zona de confort.

Puntos claves:

  • Crear rutinas, buenas rutinas.
No me gusta mucho la palabra rutina, pero todos formamos parte de la rutina. La rutina es de color gris cuando se separa de la palabra esfuerzo, cuando se busca la comodidad y no se tienen miras de llegar lejos.


  • Motivarse.
Motivarse, coger aire, mucho aire para poder respirar despacio. Hay un tipo de personas que nunca atrae, y es ese tipo de persona que solo miran los méritos propios y mira por ella misma.
Pero mientras estamos en la zona de incorfort es necesario ser un poco egoísta, ¿para que? Para coger la fuerza y la seguridad que necesitamos para salir del laberinto. No tengas miedo a repetirte:
¡Que bien lo he hecho! ¡Claro que puedo! ¡Lo voy a intentar!

  • Echar un vistazo.
Echar un vistazo al trabajo de cada día. Cada día es un entrenamiento que nos hace fuertes, flexibles, capaces para correr los kilómetros que sean necesarios.

En la zona de confort todo encaja, pero en la zona de incorfort es necesario probar distintas piezas hasta busca la correcta. Y puede darnos vértigo volver a intentarlo cada día, pero la satisfacción de encontrar la pieza, es la llave de la zona de confort.



La zona de confort es un laberinto por donde todos pasamos algunas, no único que hace falta es un mapa y una buena brújula para encontrar el mejor camino.

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