Relatos cerca del belén. El primer pastor. #belén #navidad #relatos
Soñaba
con llegar a ser un buen pastor. Estaba apoyado en las cercas que separaban los campos y mientras daba rienda suelta a su imaginación, hasta llegar a esas tardes donde su padre le daba consejos sobre como
guiar a los rebaños.
Pelo
castaño, ojos verdes y piel clara. Aún tenía cara de niño a pesar
de que la voz empezaba a ser algo grave. Quienes lo conocían no
tardaban en reconocerlo, ya que sus ovejas decían mucho de él.
Los
habitantes de los pueblos cercanos se lamentaban porque era un niño, que tenía mucha vida por recorrer y podrían ser muchos los oficios que podría desempeñar, aunque él a pesar todo había elegido ser pastor.Y el dinero
aunque le inquietaba no era su principal interés.
Los
ladridos de su perro le sacaron de esos vagabundos pensamientos.
A
prisa bajó de la pequeña colina para ver más de cerca a un par de
forasteros que se acercaban en su dirección.
Al aproximarse, pudo ver que era un hombre algo cargado y acompañado de un burro, el cual llevaba a una joven mujer. El pastor apartó del camino a las ovejas mientras no les quitaba el ojo. La cara de fatiga de la joven le llevó a apresurarse para preguntarles hacía donde se dirigían. Y el hombre sin inquietarle le contestó:
Al aproximarse, pudo ver que era un hombre algo cargado y acompañado de un burro, el cual llevaba a una joven mujer. El pastor apartó del camino a las ovejas mientras no les quitaba el ojo. La cara de fatiga de la joven le llevó a apresurarse para preguntarles hacía donde se dirigían. Y el hombre sin inquietarle le contestó:
-Buenos
tarde paisano, me dirijo con mi mujer al pueblo más cercano,
necesitamos cobijo y ella necesita algo para comer.
El
pastor algo desconfiado pero conmovido al ver la cara de la joven decidió acogerles en su casa que estaba cercana.
Les
llevó sin apenas cruzar palabra en todo el camino, y tras recoger y
hacer el recuento de todas sus ovejas, les indicó cuál sería el
lugar para ellos.
En
el silencio del camino y entre los cencerros de las ovejas se acordó
de las palabras de su padre.
-
Hijo mío, no olvides que un buen pastor no solo guía y cuida a sus
ovejas, también tiene que ser buen guía y dar refugio de los forasteros.
Fueron esos recuerdos los que le hicieron cambiar de idea y los hizo entrar en su casa.
Fueron esos recuerdos los que le hicieron cambiar de idea y los hizo entrar en su casa.
Mientras
el hombre llevaba el burro al establo, el pastor observó que la
joven mujer estaba encinta.
Aquella noche les ofreció de todo lo que tenía y fueron entablando diálogo hasta que llegó la hora de dormir.
Aquella noche les ofreció de todo lo que tenía y fueron entablando diálogo hasta que llegó la hora de dormir.
El
pastor no dejaba de observarlos, algo había de especial en aquella familia, algo
que nunca había notado.
La soledad del pastor y la vida nómada que llevaba le habían hecho olvidar que los mejores momentos de su vida habían sido con su familia, sus hermanos... Y entonces por unos segundos, esas tardes donde al lado de la candela contaban historias y aprendían jugando cobraron vida.
La soledad del pastor y la vida nómada que llevaba le habían hecho olvidar que los mejores momentos de su vida habían sido con su familia, sus hermanos... Y entonces por unos segundos, esas tardes donde al lado de la candela contaban historias y aprendían jugando cobraron vida.
Le
sorprendió como un hombre podía cuidar con tantos desvelos a su
mujer, como dejaba hasta el último bocado de pan para ella y como le
sonreía con tal de verla sonreír a pesar del cansancio del camino.
La
cara de la joven mujer mostraba agradecimiento por todo lo que les
estaba ofreciendo, y el pastor decidió tener un detalle más. Se acercó
al fuego y calentó un poco de leche, de esas que solo vendía en las
grandes ciudades.
Continuará.
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