¿Por qué todos necesitamos volver a casa? #llegaracasa #escenarios #historias #relatos

-¡Rápido, seguro que llega antes de lo previsto y aún quedan cosas por colocar!

Mama llevaba toda la tarde inquieta y fueron los detalles los que dejaron al descubierto la noticia de que papa volvía a casa.


Las tardes en casa no solía ser aburridas. Mis hermanos y yo nos encargábamos de llenar la casa con historias y aventuras que salían de nuestra imaginación. En invierno a pesar de que el sol nos dejaba a oscuras antes de la cuenta, nada podía detener nuestros avatares y esto había que añadir el olor a caldo con hierbabuena, sin duda era el toque de queda que nos avisaba para ir a la ducha y cenar.

En invierno a pesar de que el sol nos dejaba a oscuras antes de la cuenta, nada podía detener nuestros avatares.

No había hora exacta, ni menú concreto, cada día algo diferente, llegar a cenar era todo un reto, sobre cuando mama daba la orden de que antes de cenar había que ducharse. Todavía recuerdo cuando mi hermano casi se mete en la lavadora con tal de escaquearse.
Pero a pesar de todo la cena era el mejor momento del día, o al menos para nosotros. Mama estaba pendientes de que no nos faltara nada, de que todos comiéramos hasta la última cucharada y de hacer la comida del día siguiente, cosas que no eres capaz de hacer hasta que eres madre.

Al otro lado del mundo papá estaba intentando llegar a algún acuerdo con otros hombres para que por fin se acabaran las guerras, o eso decía mama, el caso es que ese viaje fue más largo de lo normal, y lo que para nosotros eran horas para ella era una eternidad.

Pero ese día cuando nos montamos en el coche nos pidió un favor, ayudarle a preparar la mesa para un invitado especial. Todos ante el reto de sentirnos útiles y ante la responsabilidad de hacer algo de mayores, esa tarde nos duchamos los primeros y mientras mama intentaba poner orden en medio del gallinero que había en casa, fuimos colando los distintos servicios en la mesa del comedor, la cual estaba reservada para ocasiones especiales.

Estaba todo listo, la comida caliente, el pan en la mesa y mis hermanos seguían jugando. Todavía faltaban unos minutos, cuando fui al comedor para pedirle a mama que me hiciese una trenza. Fue en ese momento, cuando vi a mama colocando bien los cubiertos, centrando las copas y mirando en el repuesto la foto de papa, cuando me di cuenta que esa noche volvía a casa. Con el peine en la mano y sin decir nada fui hacia ella y la abrace.
Todavía recuerdo cómo secó sus lágrimas con cuidado y me dijo; 
-Tranquila, esta noche volvemos a estar juntos.

En ese momento sonó el timbre de la puerta, mis hermanos corrieron para abrirla, y sorprendidos gritaron:

-Papa a vuelto!


Ahora me dedico a crear escenarios para todas esas personas que después de un largo día llegan a casa y buscan encontrarse con su familia. Me pregunto si llegarán con la misma ilusión. Entonces es en ese momento cuando retrocedo y miro esos detalles que no hacen que la mesa no sea perfecta, pero sí que transmitan algo más que la elegancia de un conjunto de menaje bien puesto.

Todos podemos crear escenarios que transmitan, acojan y hagan familia. Nos rodeamos de ambientes independientes, donde las prisas nos dejan vivir como indiferentes y a veces algo solitarios pero todos antes o después queremos llegar a casa.

A partir de ahora, cuando acabes, retrocede y mira lo que has hecho.

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