Padres primerizos.Construir la familia #familia #unidad #inversión #hijos
Cuando
se casaron veían todavía lejana la idea de tener hijos, aunque sin
duda era su mayor ilusión. Todavía recuerdan esas tardes cuando
quedaban para ir al cine y salir a cenar. Los recuerdos no han hecho
que esas cosas sean algo ya pasado, pero han dejado de pensar en
ellos dos para hacer hueco a su pequeño.
Cambiando
de escenarios. He de reconocer que seguramente mis padres también
tuvieron que pasar por esa etapa y a pesar de todas las subidas y
bajadas por las que seguro que han pasado, al final han creado un
hogar, una familia.
El
significado de la palabra hogar es extenso, tanto que me suelen
faltar palabras para definirlo.
Con
el tiempo lo único que ha dejado translucir su sentido es ver que
cuando llego a casa, las cosas de siempre siguen en su sitio, la taza
donde desayunaba está en la cocina y las carreras por ser la primera
en coger el mando de la televisión siguen estando activas, al menos
hasta que llega papa.
Son
detalles que antes formaban parte de mi día a día, pero ahora al no
vivir allí pasan a ser simples anécdotas.
Con
estos detalles me viene a la memoria todas esas regañinas de papa
cuando las tardes se me hacían largas y no queríamos estudiar, o
cuando le preguntaba si podía salir a la calle hasta las doce y
empezaban las discusiones...
Ahora
ir a casa es coger aire, es mejor que ir a al gimnasio, es la mejor
terapia, me reconforta saber que están ahí, que puedo contar con
ellos, que me escuchan y que saben darme ese consejo que necesito.
Ahora
me toca ver las cosas desde la otra perspectiva, ya que somos varios
hermanos y aunque casi todos estamos crecidos, todavía nos queda lo
de ejercer de hermanos mayores.
A
la vuelta de los años mis padres se encuentran con el nuevo desafío
de volver a educar a otro hijo, que con apenas 8 años en algunos
aspectos parece saber más que todos nosotros.
Educar
es difícil, y muchos de los problemas de nuestros días están ahí.
Educar no es poner un plato de comida delante de tú hijo cada día,
educar no es regañar cuando hacen las cosas mal, educar es sostener
a esa persona que ha nacido fruto del amor, educar es esculpir ese
bloque de madera o mármol, el cual espera ser convertido en una gran
obra de arte. Educar es exigir, porque sino el día de mañana te
exigirán no haberles exigido ser mejor persona.
Aunque
los hijos solemos quejarnos de los padres, en el fondo esperamos ser
exigidos, regañados, a la vez que escuchados, y premiados por los
pequeños éxitos que vamos conquistando.
La
verdadera educación no la dan en las escuelas, nace del hogar, en la
familia.
Desde
aquí dar la enhorabuena a esos padres primerizos que aunque no sepan
por dónde empezar, si están unidos ya han emprendido bien el
camino.
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