2017. Actores en tiempo presente.
Antes
de que se acabe el año permiteme que te dirija unas palabras. Se
que la obra está apunto de comenzar pero justo por eso, tranquilo,
esta vez el escenario es nuestro.
Cuando
te metiste a esto de ser actor, quizás no te avisaron de que somos
dueños del escenario antes, durante y después. Dueños del pasado,
presente y futuro.
Cuando
salimos a escena, la emoción del momento nos hace perder la noción
del tiempo, nos metemos en el papel, y ponemos pasión a la vida de
ese personaje que llevamos dentro. Cuando la escena acaba, empezamos a
poner pegas a la interpretación y pensamos en las próximas, los
retoques, entonaciones, movimientos etc.
Me
gustan los actores porque viven el presente y en el momento de la
escena solo viven para eso. Los escritores escriben y no se conforman
con contar historias, crean tiempos, personas, que en definitiva las
separan del espacio real, pero disfrutan del momento presente de su historia. Nosotros, siendo los protagonistas de
nuestra vida muchas veces no acabamos de vivir en el presente, porque
andamos pensando en lo que hicimos y planeando lo que haremos y eso
me suele decepcionar. Nos roba cierta capacidad, cierto sentido para
saborear el presente, lo de ahora, lo que de verdad tenemos entre
manos.
Estas
a punto de salir a escena, nos espera un nuevo año, una nueva obra,
se estrena dentro de unos instantes y tú, eres el protagonista, no
te sabes del todo el guión, pero sí conoces al personaje, su vida,
lo que piensa, lo que siente... el guión es lo de menos porque
siempre sale bien cuando el actor es él mismo, cuando es 100%
auténtico.
Los
guiones no están limpios de tachones, es más, se pueden perder las
hojas, se puede improvisar, por lo que no te aturdas si en esta nueva
obra te encuentras actuando y no tienes guión, o si de repente
cambias de escenario o de personajes... lo importante es no perder la
identidad, no dejar de lado la personalidad, no intentar interpretar
otro papel. Si no... estarás doblando a un personaje, o
interpretando una obra barata, que no tiene muy definido el final.
Necesitamos
actores de verdad, que vivan con pasión, sin miedo a perder lo
papeles, o a seguir poniendo la misma pasión que ponían cuando
tenían guión, es decir, cuando sabían de que iba su vida.
El
final de la obra está escrito, eso no tiene que darte miedo, o
inseguridad. Si llenarte de confianza para saber que solo
escucharemos los aplausos del final cuando de verdad vivamos en el
presente y miramos hacia adelante.
Ahora
sal a escena, no me gusta usar la expresión, darlo todo, pero sí
que te diría que seas tú, que no tengas miedo a dedicar tiempo a
ordenar esos guiones que se desordenan, a cambiar de vestuario, o
pasar de página, a experimentar nuevas sensaciones por peliagudas
que puedan parecer. Hay momentos, escenas, que solo se interpretan
una vez, y corremos el riesgo de estar detrás del telón.
Feliz
año, este es nuestro momento. No te detengas a pensar en lo que ha
pasado, solo dedica tiempo a esos momentos que te han hecho sonreír,
alegrarte, vivir con pasión, sentirte afortunada/o, ser agradecida,
y dar lo mejor de uno mismo.
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