Quedar para llorar? Estamos creados para mucho más. #quedar #actitud #llejarlejos #proactividad
Quedadas
para hacer historia.
Lo
escuché por la mañana mientras salía a correr. A menudo uno se
entera de muchas cosas por la radio, motivo por el cual te recomiendo
que te aficiones.
El
caso es que fue así como me enteré de la famosa quedada hoy 6 de
abril en distintas ciudades para: LLORAR.
Quedada
para llorar.
Lo
de quedar para hacer todo tipo de cosas esta de moda, pero quedar
para ciertas cosas puede empeorarnos como personas.
Como
seres sociales, tendemos a quedar, a rodearnos de nuestros iguales y,
¿para qué?
La
respuesta es sencilla, para complementarnos, para compartir
opiniones, aprender, imitar al otro etc.
El
motivo de rodearse de otras personas no es la soledad, es decir; yo
me siento solo, por lo que busco al otro. El motivo es que somos
seres sociales y queramos o no, necesitamos de los demás.
Pero
entonces, ¿Qué pasa?
Hasta aquí, un breve análisis de porque necesitamos de los demás y ahora, quedar para qué?
Que
en nuestros días, justo ahora en el siglo XXI, justo cuando más
medios tenemos a nuestro alcance para ser mejores, para llegar lejos,
es el momento de la historia en el que más solos nos encontramos.
¿Por qué?
Porque
nos hemos olvidado de que necesitamos a los demás, y estamos
demasiados ocupados cultivando nuestro ego, mirándonos, ambicionando
metas que nos hacen mejores (o eso creemos), pero no más humanos.
Hasta aquí, un breve análisis de porque necesitamos de los demás y ahora, quedar para qué?
Llorar
no es malo, es incluso recomendable, es algo que la persona es capaz
de hacer, porque con esto expresa de manera física, sentimientos,
ante hechos sucedidos, relaciones con personas etc, expresar, muchas
veces, ese tipo de pensamiento que no cabe dentro de las palabras.
Llorar
de alegría, o llorar de impotencia, de rabia, llorar de emoción...
son lágrimas que tienen motivos, que si son encausadas, nos hacen
humanos. El resto de lágrimas, provocadas, manipuladas para
conseguir conmover al otro, o simplemente por conmover y hacer que
nos miren, ese tipo de lágrimas en ciertas personas, me dan pena.
La
persona es una caja de música, donde guarda magnificas partituras. Y
como bien sabemos hay notas más graves y otras más agudas. Ninguna
son peores, todas son necesarias.
¿
Qué pasa si solo abusamos de las graves? Que quizás la música
suene un poco peor para nuestros oídos, ya que estamos acostumbrados
a melodías con notas más suaves, con cierta armonía.
La
persona aspira, busca ansiadamente la felicidad. Y la felicidad lleva
de la mano la alegría, la sonrisa, la risa, la gratitud y muchas más
manifestaciones que sabemos.
Quedar
para llorar no es malo, pero depende del motivo que tengamos. Y a
menudo lloramos por motivos que no nos agradan, que nos entristecen,
que no suenan bien a nuestro oídos, que van en contra de esa ansiada
felicidad.
Mi
abuelo guardaba en el cajón de su despacho una lupa, para ver eso
número que no podía ver por su vista cansada. Y algo así es lo que
nos pasa con las cosas que nos entristecen, nos empeñamos en coger
una lupa para hacer GRANDES, gigantes, los pequeños problemas, tanto
que nos acaban ahogando y en realidad, son simples número pequeños.
Las
enfermedades de nuestros días no son problema, el problema es la
actitud y esta está en la cabeza, en la mente de cada uno. La vida
espera otra actitud de nosotros ante las distintas batallas que nos
tocan librar, pero estamos demasiado ocupados en hacer sonar las
notas graves.
Lo
que me preocupa es pensar en esas personas que se fomenta las
enfermedades mentales, los trastornos de las emociones, las futuras
depresiones, debilitando la voluntad, que es la que en realidad se
encarga de conquistar lo que nos vayamos proponiendo.
La
voluntad sigue existiendo, quedar para llorar, es como no ser
consciente de que tenemos brazos y que gracias a estos vamos
construyendo nuestra vida. Es como quedarse en un banco sentado toda
la vida. Necesitamos personas proactivas, no personas paradas que se
quedan esperando soluciones. Las soluciones, los consuelos, hay que
buscarlos, currárselos.
Llorar
por que empiezan los exámenes, es absurdo, y como este hay muchos
más motivos, que hacen a la persona absurda, cuando hemos sido
creados para mucho más.
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