¿Los conejos van al cielo? #relato #conejo #niños #cielo
Seas
de cuidad o de campo espero que la vida no te haya privado de tener
un animal en casa, una mascota, que al final acaban siendo tus
amigos.
En
casa siempre ha habido animales y ahora que ya han pasado los años me gusta echar la mirada
atrás y reír de los episodios vividos con cada uno de ellos,
perros, gatos, gallinas, hámster, tortugas y una oveja, sino recuerdo
mal.
Tener
animales ahora no es lo que era, por lo menos para mí. De pequeña
mi perro era el mejor aliado para jugar, salir a pasear, contarle los
enfados que tenía con mama y mucho más. Creo que he dejado de entender el lenguaje canino, entre otros, ahora
incluso me sorprendo al ver por la calle a personas paseando a sus
perros y hablándoles como si fuesen personas.
En esta ocasión quiero hablaros de Sr. Cotton. Era un conejo blanco, esponjoso, suave y muy rápido. Cuando llegó a casa cabía en una mano y en pocos meses su tamaño se triplico. Tengo poco más que añadir sobre Cotton, no crucé mucha palabra con el, pero mis hermanos lo han conocido más a fondo, era parte de la familia.
En esta ocasión quiero hablaros de Sr. Cotton. Era un conejo blanco, esponjoso, suave y muy rápido. Cuando llegó a casa cabía en una mano y en pocos meses su tamaño se triplico. Tengo poco más que añadir sobre Cotton, no crucé mucha palabra con el, pero mis hermanos lo han conocido más a fondo, era parte de la familia.
La
llegada del frío o la intensa vida social que llevaba han acabado
con el pobre Sr. Cotton, nos dejó hace un par de días. Tenía una
casita muy acomodada, pero se empeñaba en vivir en el enorme jardín
de la casa, comía de allí y de aquí, paseaba por todos lados,
también dedicaba parte de su tiempo a entrenar junto con al pequeño
de la casa y visitaba a sus vecinas las gallinas, iba al dentista y
al médico de cabecera para prevenir cualquier catarro. Pero a pesar
de la interesante vida que llevaba se ha ido.
El
más afectado sin duda ha sido el pequeño de la casa. Puede
conseguir otro conejo, pero no será como Sr. Cotton. Mamá intenta consolarlo, pero no es fácil, busca argumentos
convincentes hasta que una vez más, se da cuenta que los niños se
consuelan con el tiempo y con la imaginación.
Cotton
se ha ido al cielo porque lo necesitaban allí. Cotton era especial,
blanquito, suave, valiente, rápido... y al cielo solo van los
mejores y allí lo necesitaban. El cielo está lleno de nubes
parecidas a Cotton, seguramente lo hayan reclamado los ángeles para
jugar con el, pero no te preocupes porque allí estará mejor y el
Señor nunca quita sin dar nada a cambio.
Entonces,
¿los conejos van al cielo?, preguntó mi hermano.
Los
argumentos de mama siempre me convencían cuando era pequeña, ahora
me doy cuenta que lo que me convencía era el cariño y la forma con
que me lo decía.
El
pequeño de la casa anda un poco triste porque su conejo no está.
Ahora mirar al cielo es divertido porque ve en las nubes mucho más
que una masa blanca que van de aquí para allá y Cotton va saltando
en una de ellas.
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