Te quiero querer para siempre. #amor #hoping


Te quiero para siempre, te quiero querer toda la vida, quiero estar contigo toda la eternidad.

No paraban de mirarse, paseaban y se decían cosas encendidas. A los pocos meses ese amor se apagó tan rápido como se apaga una hoguera en una noche con lluvia.

¿Qué ha pasado con ese amor y con esas palabras que hacían que todo fuese de otro color?, ¿Dónde está ese “para siempre” que se prometían?

En alguna ocasión me comentó algo desilusionada, que hubiera preferido haber sabido esperar. Había desgastado el momento presente, reduciendo la pasión del amor que tenían a la simple idea de hacerlo porque todos lo hacen.

Mientras seguía mi camino pensé sobre ese “para siempre” y sobre lo desilusionados que acabamos en algunos momentos cuando todo pasa.


Hay mucho escrito sobre el amor y muchas las cosas que se pueden seguir escribiendo, pero no sobre el valor de la espera. Nos enamoramos y nos olvidamos de que presente, pasado y futuro siguen estando ahí.

Con esto quiero decir, que nuestro amor es el resultado de lo que hemos sido, de lo que somos y de lo que seremos.

El amor no se improvisa, se construye cada día. Y es real que se puede querer para siempre, pero en primer lugar hay que saber como ir construir el camino hacia ese futuro amor que soñamos.

Una vez oí que la eternidad no es la duración de tiempo infinito, sino la del instante, ya que el instante es único e irrepetible, siempre nuevo.

Desde ese momento intento llenar cada instante, vivir cada momento de la manera más perfecta.
 
Hay momentos buenos, otros no tan buenos, momentos que vienen y que no queremos dejar ir; otros que queremos olvidar y otros muchos que nos enseñan a vivir, a pesar de que nos hagan heridas o nos hagan derramar alguna lágrima.

Pero sigamos hablando de ese “para siempre”; es fácil decirlo cuando estamos enamorados y todo va bien, cuando la ilusión se desborda por cada uno de nuestros poros. Sin embargo olvidamos rápido que el amor no es solo querer en los buenos momentos, sino saber acompañar, perdonar y querer los defectos del otro.

Te quiero en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza...

¿Cuál es el secreto de la perseverancia? El amor, enamórate y no le dejarás. No le dejes y te enamorarás.
 
Frases de santos que nos hacen vibrar porque son realistas, eso sí, acompañada de lucha y optimismo.

Sentirnos valoradas es importante y en el amor mucho más, ya que amar es encontrar la mirada del otr@ y sentirse mirado de continuo.
La autoestima es otro aspecto fundamental. Y a menudo me encuentro con personas que se valoran poco, o  que saben como hacer para valorarse. La consecuencia de esto es que se entregan a quien no deben, se venden como una mercancía y se reflejan en espejos sociales equivocados.

Y tú, ¿Cuánto crees que vales?

La eternidad, el “para siempre” por la que todos luchamos, se encuentra en el instante fugaz y no tanto en el momento que se repite de manera continua. No te dejes vencer por el transcurso del tiempo, con una repetitividad que te acabará encasillando en tortuosos reglamentos, en posturas rebuscadas que muy pronto nos harán perder la delicadeza, la elegancia de hacer las cosas nuevas, con la ilusión de la primera vez.


Sigue esperando. Todo a nuestro alrededor nos grita la importancia de vivir dándolo todo, de vivir al límite, de vivir de emociones, de buscar un subidón de adrenalina el fin de semana y empezar la semana cabizbajos.

Todo pasa y solo los que saben esperar, son los que acaban mirándose una y otra vez y son capaces de decir, te voy a querer “para siempre”.






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