¿Somos estrellas? Nacidos para ser luz. #relato #serluz #dejarhuella


Estaba cayendo el sol cuando llegó a casa. Llamó al timbre impacientemente como de costumbre. Y mientras me secaba las manos grité: Ya voy!!

Tengo que reconocer que a pesar de que los años han pasado, cada vez que la miro, veo a la misma niña con la que jugaba en el patio del colegio de infantil.
Mientras dejábamos que entrase la noche, empezamos a hablar como si el tiempo fuese nuestro. El trabajo, la familia, y demás compromiso no nos han dejado disfrutar de los fines de semana como cuando éramos jóvenes. Y aunque sea por unas horas, es necesario pasar de los relojes y dejarse llevar.

Cuando parecía que ya no teníamos nada más que hablar, me preguntó si seguía con eso de escribir cuentos y relatos de esos que le hacían pasar el rato las tardes de domingo.

Me levanté hacia la cocina, algo sorprendida por la pregunta, intentando busca la respuesta más oportuna. En la cocina no encontré nada que me sirviese, solo un poco de vino, por lo que apagué la luz. Me dirigí al porche guiada por las carcajadas de mí amiga que me preguntaba que estaba haciendo.

Contestarte a tú pregunta, le dije.

Me senté en el sillón y busqué la postura más cómoda para mirar al cielo.
Ahora quiero que mires al cielo. Poco a poco nuestros ojos se harán a la oscuridad e iremos viendo todas las estrellas.
Parece que le causó intriga saber que era lo que quería decir, por lo que me dejo hablar.

El cielo está lleno de estrellas, si las miras bien hay constelaciones, estrellas con renombre, algunas con cierto protagonismo, planetas cercanos…  
Hay estrellas que están tan lejos que puede ser que ya hayan dejado de existir, pero que aún nos sigan alumbrando.

Las personas somos estrellas que nacimos para dar luz, hay algunas que se empeñan en estar aisladas, otras que brillan, muchas otras se agrupan formando grandes constelaciones. Sin embargo, lo importante no es el nombre que tengamos, ni donde nos situemos en el firmamento, lo importante es el rastro que dejamos cuando nos vamos.

Con todo esto, intenté responder a su pregunta, ya que no me dedico a contar cuentos, sino a intentar dejar huella y ser luz a través de personaje y de historias que tienen mucho que transmitir.

Tú y tus frases bonitas, me volvió a decir entre risas. Después de mirar un largo rato las estrellas y ver alguna que otra estrella fugaz, volví a encender la luz.

Pasamos una noche agradable, donde pusimos sobre la mesa algo más que el mantel y mucha comida. La mesa rebosaba de recuerdos, anécdotas y juicios sobre personas que como siempre, no llevan a ninguna parte.

Lo que más me gusto esa noche fue que a partir de ese momento, mi amiga, no mira al cielo sin saber por qué, sino con la intención de ser una persona que de verdad deje huella en su día a día.

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