¿Jugamos a confiar? #confiar #amor #estrenar #miraralacara
El
corazón es exigente, guardián de tesoros y altavoz de sentimientos
jamás contados.
Cuando
hablamos de corazón hablamos de amor; el corazón late por lo que
ama, bombea sangre pero también ilusión, pasión y esperanza.
Es
exigente porque reclama más de lo que da, espera más de lo que la
otra persona pueda dar, ansia confiar. La confianza
no se vende en dosis, ni en frascos de litro, no se describe con
palabras, se plasma con hechos y se graba en el corazón con momentos
concretos.
Al
pensar en la palabra amor se nos viene a la cabeza un corazón rojo,
sin embargo el amor es una explosión de colores; pasión,
entusiasmo, impulso, empatía, respeto, esperanza, magnanimidad,
generosidad.... y confianza.
Lo
de sentir mariposas en el estómago no es una metáfora, cuando amamos
son muchas las cosas que ponemos en juego, por lo que es bueno saber
ponerlas en movimiento para dar con la dosis perfecta y no quedar
insatisfechos.
Todo
tiene su medida y el amor es exacto. Me sorprende que haya personas
que piensen que el amor se acaba, ¿no será qué no hemos sabido
poner la dosis correcta de cada cosa?.
Jugamos
a intentar amar sin olvidarnos de nosotros mismos, buscamos que nos
den cariño sin dejar de ser egoístas, ansiamos que nos perdonen
sin dejar de ser rencorosos, anhelamos en los demás confianza y somos
los primero que no sabemos depositarla.
El
amor se alimenta de miradas de complicidad, de abrazos, de caricias,
de besos, de guiños, de sonrisas, de lágrimas y también de la
palabra.
La comunicación, la palabra, el diálogo es la puerta que
nos da paso para cultivar un amor maduro al que todos aspiramos. La
base de ese amor maduro es la confianza, fruto de
conversaciones, de momentos que aunque nos cuesten nos hacen poner
las cartas sobre la mesa, provocando diálogos necesarios, hablar "tú y
yo".
El mundo está lleno de oportunidades que nos esperan y muchas las dejamos pasar. Una de ellas es la de provocar conversaciones face to face. Y para eso hace falta ser valientes y en ocasiones preferimos vivir del postureo, mostrando lo que realmente no somos.
¿Podríamos
decir que la confianza es un juego?
Es
un juego donde gana quién sea sincero, honesto, respetuoso, gana
quién llegue primero para quitar esa piedra del zapato que en
ocasiones nos estorba y nos hace ir incómodos por el camino del amor.
El
amor no se acaba, lo que se acaban son las ganas de luchar por ese
amor que da sentido a tú vida.
Lo que se acaba es la valentía para
hablar eso que nos molesta del otr@, o aquello que no entendimos y nos está distanciando.
Lo
que se acaba es la ilusión para sacar lo mejor de esa persona aunque
estemos cansados o inmersos en la rutina.
El
amor se acaba cuando dejamos de ser dos para ocuparnos de uno, del yo.
Si
estás enamorad@, si tienes el tesoro de la confianza entre tus manos
no dejes que nada lo empañe.
Si
acabas de enamorarte, sigue descubriendo esas mariposas en el
estómago. Se llama ilusión, espera, estrenar cada cosa en su
momento, sin desnudar el amor antes de tiempo. Cultiva un diálogo
sincero y la valentía para estrenar cada día el amor.
Si
eres de los que piensan que nunca vas a enamorarte, estás
equivocado, deja de pensar en tu yo y pronto vendrán las mariposas.
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