Aparentes éxitos que al final solo quedan en ruido y más ruido. El éxito necesita del silencio, del silencio de horas de intenso trabajo, del silencio de respuestas que no eran de esperar y que no siempre sientan bien, del silencio de aparentes fracasos, que aunque creamos que no tienen valor, al final traen su recompensa. Buscamos llegar a la cima, estar en lo alto, tener un buen puesto, con un sueldo que destaque en nuestra posición social, buscando en definitiva, el ruido vacío de que nos reconozcan y valoren, por algo más de lo que somos. Detrás del éxito hay muchas horas de dedicación, el éxito nunca viene solo, necesita de haber rectificado una y otra vez, "fracasar" en alguna ocasión, para madurar poco a poco, dejando paso al buen trabajo. Pero no tenemos que depender de nadie para saber que solo por estar luchando por una meta, por cumplir un objetivo, por vivir conforme a unos ideales, ya somos personas llenas de éxito. Somos más que número,...