Exploradora de mi propio cuento

Feliz Navidad, espero que llenes de sentido esta noche, donde la comida, las luces no deben robar protagonismo al sentido de esta fiesta. Ha nacido un niño y espera que cada uno vayamos a adorarle. Tengo que confesarte que este año, la Navidad ha llegado muy deprisa, eso no quiere decir que no tenga ganas de celebrar; pero los avatares de cada día, la pasión que ponemos en cada gestión y las ganas de vivir me han hecho ser conscientes una vez más que el tiempo vuela. Además de desearte una feliz Navidad, me gustaría dejarte con tres consejos para esta noche:

Sí lo necesitas hazlo. Si no quieres correr, para. Si vas despacio, apresuraté. Si estás intranquilo espera, al final todo llega. Si crees que está todo perdido, no tires la toalla, las mejores batallas se ganan al final. No creas que hacer todo lo que te apetece te hará libre; ser esclavo de los propios vicios es lo peor que nos puede pasar. Si quieres soñar, sueña, los días nos pondrán los pies en el suelo. Pero hagas lo que hagas hazlo por amor.

Seas de cuidad o de campo espero que la vida no te haya privado de tener un animal en casa, una mascota, que al final acaban siendo tus amigos. En casa siempre ha habido animales y ahora que ya han pasado los años me gusta echar la mirada atrás y reír de los episodios vividos con cada uno de ellos, perros, gatos, gallinas, hámster, tortugas y una oveja, sino recuerdo mal.