Exploradora de mi propio cuento

MACETAS DE OREO ¿Quién a dicho que las macetas no se pueden comer? Empieza un nuevo fin de semana en el posiblemente estemos muy atareados por eso te dejo con esta idea sencilla pero muy creativa que seguro que les puede encartar a tu familia o amigos!¡Suelta la imaginación y disfruta!!

Hay tardes difíciles de catalogar y esta fue una de ellas. Al final decidí acompañarle. Sabía que el escenario esta vez iba a ser concreto y que la persona que nos esperaba vivía de una manera especial. Quizás tanta curiosidad fue lo que me arrancase a ir.  Si de algo se puede presumir en esta ciudad es de la cantidad de calles que forman parte de ella, calles llenas de detalles y rincones que se dejan admirar y que acogen el asombro.

Una chispa de luz. A todos no llega esa edad en la que nos asaltan preguntas que al fin y al cabo acaban configurando nuestra vida. Preguntas que por más que nos respondan no nos convencerán hasta que la vida misma nos brinde la oportunidad de experimentarlas, y entonces no tengas más remedio que creer en esas respuestas.

Yo tampoco lo se, pero la vida me las puso a mi lado. Ya ha pasado un curso desde que las conocí y ya se ha cerrado esa etapa que comenzó hace unos meses, donde ni siquiera podíamos imaginar todo lo que nos quedaba por vivir. Hemos compartido tantas cosas que aunque ya sean simples recuerdos no las vamos a olvidar nunca. En nuestra república independiente , tienes que estar preparada para todo, dejarse sorprender por el día a día a sido la mejor aventura, ya que al vivir con tanta gente no sabes nunca lo que te puede llegar a ocurrir.

No hagas que la distancia haga el olvido. Vale lo intentaré, pero creo que jamas llegaré a acostumbrarme a una despedida. Las despedidas son algo para mayores, pensé cuando era pequeña, y ahora me toca a mi ser mayor. 

Llega el verano y tal vez a algunos se nos echemos las manos a la cabeza al no saber con que ocupar nuestro tiempo. Os dejo la receta de una de mis galletas favoritas, ¿porque estas? porque no es tan dificíl sorprender a las personas que te rodean con una merienda casera.

No fue por casualidad. Sí, es ella, es mi amiga la protagonista de una historia que aunque se diga pronto, ya hace tres años que la empezamos. Madrid fue nuestro primer escenario y cada una de sus calles las distintas escenas. Las tardes para nosotras eran autenticas válvulas de escape, donde las risas eran el ingrediente principal y necesario. Ahora me sorprende saber que todavía no he conseguido definir la amistad, no porque no la halla descubierto si no porque me parece tan grande y tanto lo que ocupa el término amistad  que todo sería poco para resumir lo vivido y lo que he ido descubriendo en este tiempo.  En esta amistad, no solo ha habido sonrisas y las risas escandalosas, también le hemos dejado hueco a algún que otro sinsabor y a alguna de esas palabras amargas que han hecho que más de una vez nos quedemos dando vueltas y en definitiva, cabreadas con nosotras mismas por pensar que estamos creando una especie de muro que nos esta separando o que está haciendo que las co