El belén de un niño.
Aún
es pequeño, pero hay momentos en los que dudo si lo sigue siendo. Tiene seis
años, le encanta pintar, correr, reírse, jugar y no le gusta el chocolate. Su
padre se ha convertido en el mejor espejo donde cada día se mira e intenta
imitar. Este año ha comenzado un proyecto, que ya está llevando a cabo, el de
poner su propio belén.
La
que le financia el proyecto y la que le proporciona las materias primas es su
madre. En este caso las materias primas son las figuritas del belén, que cada
semana va intentando conseguir con mucho esfuerzo. Cada figurita tiene un
precio, pero estos precios son distintos cada semana, estamos hablando del belén
de un niño, donde lo material no se mide en dinero.
La
semana comienza y el objetivo es ganarse la figurita del belén, ¿Cómo? ¿Cuánto vale
cada figurita?, y ni que decir queda que los padres para esto son buenos
negociadores.
Dar
las gracias, portarse bien en el coche, obedecer a la primera, o bueno, a la
segunda, ordenar la habitación… son algunas de las condiciones que le pone su
proveedora de figuritas para el belén.
Por
ahora no va mal la cosa, aunque queda una semana para Navidad y este pequeño lo
tiene casi todo listo, al principio se dejaba guiar por los consejos de su
madre en cuanto a la estructura del portal, el río, el establo… pero ahora es él,
el que con su imaginación va buscando las figuritas perfectas para el belén, conseguir
un buen pastor para las ovejas, un camello para los reyes… y tú ¿has montado ya
tu belén?
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